Quienes trabajamos en instituciones educativas u organizaciones vinculadas, sabemos que la motivación de los estudiantes es uno de los temas más complejos y uno de los mayores retos a los que se enfrentan los docentes y comunidad educativa en general.
Lo anterior se debe a que el contexto educativo en el que nos desenvolvemos, como todo espacio de formación, desarrollo y aprendizaje, se caracteriza por la complejidad de su dinámica y las relaciones que se establecen. Además, esta complejidad se puede ver aumentada por variables como la vulnerabilidad social, la falta de recursos, las crisis sociales, económica, sanitaria, etcétera. Es a todo aquello a lo que la comunidad educativa le debe hacer frente, teniendo presente además que la motivación de los estudiantes es un factor muy importante.
Motivación en los estudiantes
Los estudiantes motivados, y quienes en general poseen mayor compromiso con la asignatura, expresan mayor interés en las actividades que se les presentan, ponen más atención a las instrucciones de los docentes, realizan más preguntas, están más dispuestos a trabajar y a aprender; muestran mayor seguridad en sí mismos y llevan a cabo las tareas propuestas de mejor manera.
En cambio, los estudiantes no motivados, muestran menor o hasta nulo compromiso con la asignatura, prestan poca atención al desarrollo de las clases y a las instrucciones de los docentes, solicitan poca ayuda cuando no comprenden un tema, y en parte de los casos, llegan a ser disruptivos en el desarrollo de una clase.
Los estudiantes motivados tienen varias razones para estudiar, desarrollar actividades cognitivas, resolver problemas complejos, etcétera; entre las razones, puede ser porque disfrutan aprender, tienen interés en la asignatura, no quieren defraudar a sus padres y/o docentes; o porque no quieren fracasar, sino que más bien quieren alcanzar algún tipo de éxito, objetivo o meta.
Desafío: Motivar a los estudiantes
Si bien la motivación puede nacer de varios y distintos factores, y además, puede nacer de manera intrínseca o a partir de estímulos externos. La comunidad educativa se ve enfrentada al desafío de motivar a sus estudiantes para que así el proceso educativo sea más fructífero y ameno para todos.
Quizá, decir que a los estudiantes les falta motivación es un poco exagerado o inexacto. Más bien se podría decir que, no es que los estudiantes no estén motivados, sino más bien que lo están por cosas distintas a las que se plantean en clases. Otro factor importante, parece ser que si no se percibe la utilidad de lo que se está aprendiendo; el interés, el esfuerzo y el compromiso por estudiar y aprender tienden a disminuir.
Además, hay que considerar que la motivación crece cuando los estudiantes perciben que están haciendo progresos en su aprendizaje o rendimiento. Así mismo, parece ser que los estudiantes más motivados, son los que muestran mayor predisposición para comprometerse con lo que están aprendiendo y con la asignatura. Y por lo mismo alcanzan mejores resultados.
Es así como la comunidad educativa se ve enfrentada al desafío de que a los estudiantes les haga sentido lo que están aprendiendo y, además, adaptar las estrategias motivacionales a aquello que se ajuste a los intereses de los estudiantes. Esto último es sumamente complejo ya que los grupos de estudiante suelen ser diversos, y por lo mismo, lo que motiva a uno, por su personalidad individual y contexto, puede no motivar a otro. Además, está el factor de comunicar y reconocer los logros y avances de los estudiantes.
Cómo enfrentan algunas comunidades educativas el desafío de motivar a sus estudiantes
Para hacer frente a lo planteado en el apartado anterior, docentes y comunidades educativas han usado estrategias que pueden abarcar a un grupo diverso, como la gamificación, por ejemplo. En donde mecánicas del juego se utilizan en el desarrollo de las clases y actividades, con el objetivo de motivar a los estudiantes, ya que así aprenden y desarrollan habilidades jugando, en actividades planificadas y con objetivos planteados.
Como el juego es una actividad común en los niños y puede seguir presente a lo largo de la vida, las dinámicas de juegos pueden llegar a interesar a un grupo diverso de personas y, por lo mismo, motivarlas a realizar actividades. En este caso, a realizar las actividades vinculadas con el proceso educativo.
También, a través de mecánicas del juego se puede informar, reconocer y celebrar los logros de los estudiantes, a través de dinámicas como la obtención de puntos, además de espacios de reconocimientos y premios.
Umáximo toma mecánicas del juego y las aplica en una plataforma que se presenta ante el estudiante como un videojuego, acercando la matemática a los estudiantes, a través de una actividad que es altamente realizada por niños, adolescentes, jóvenes y adultos contemporáneos: jugar videos juegos, abarcando de esta manera un grupo muy diverso.
De igual manera, Umáximo pone a disposición de los docentes, herramientas que les permite monitorear el trabajo, avance y logro de los estudiantes. De esta manera, los profesores pueden informar, visibilizar, reconocer y celebrar los logros y avances sus los estudiantes.
Además de lo anteriormente mencionado, la manera en que se presentan los contenidos en la plataforma responde a la interrogante de por qué se está aprendiendo aquello que se está aprendiendo, buscando dar sentido a los aprendizajes y actividades que se están presentando y de esta manera el estudiante se interese aún más por lo que está aprendiendo y las actividades que está desarrollando.
En síntesis, Umáximo es una herramienta que permite utilizar la gamificación como estrategia de motivación y que puede abarcar a un grupo diverso de estudiantes en distintos contexto. Comienza ahora mismo creando una cuenta aquí.