Sin mayores preámbulos, la pandemia nos invitó abrupta y profundamente a convertir la tecnología en una de nuestras principales aliadas a la hora de brindar espacios de educación remota. De esta forma, se hicieron más familiares las instancias telemáticas, los video tutoriales, las aplicaciones, las bibliotecas online, los juegos educativos, entre muchos otros recursos digitales. Sin embargo, es indudable que este crecimiento exponencial y acelerado también fue categóricamente desigual y poco equitativo entre colegios. Ahora, con el reciente retorno a la presencialidad, estos elementos siguen siendo un aporte significativo en las salas de clase y la pregunta sigue siendo cómo continuar incorporándolos para potenciar nuevos espacios educativos en las escuelas.
La presente publicación sintetiza los principales hallazgos planteados por la Oficina Internacional de la Educación en cuanto al vínculo entre digitalización y escuela (Reflexiones en progreso N° 46, UNESCO, 2021). En dicho informe se señala que el incremento exponencial del número de plataformas tecnológicas está alterando el ámbito de la educación. Entre ellas, destacan cuatro transformaciones principales: la digitalización, la diversificación curricular, la gamificación y la datificación de las experiencias pedagógicas. Estos elementos están permitiendo una metamorfosis digital que está sumando más y más adeptos. En este escenario, la UNESCO (2021) sostiene dos hipótesis. Primero, que la plataformización de la educación es una realidad en proceso de expansión y ha llegado para quedarse y segundo, que la plataformización abre un nuevo campo de posibilidades para las políticas públicas. Frente a dichas hipótesis, cabe preguntarse: ¿cómo aprovechar el poder de la tecnología digital para ampliar el derecho a la educación?
Probablemente, existen detractores del uso de la tecnología en el aula y por múltiples motivos. Puede que uno de ellos guarde relación con el extenso camino que la tecnología ha recorrido en el ámbito educativo y no siempre entregando los resultados esperados. Actualmente, distinguimos en este camino dos grandes etapas que, además de dar cuenta del proceso transformacional en las aulas, dan paso a la proyección de la tecnología en la escuela. La primera etapa ubicada entre los 90 y el 2010. En este periodo, se incorporó en las escuelas hardware y software educativo (ordenadores, pizarras interactivas y textos digitales, entre un largo etcétera). Naturalmente, esta etapa trajo un grado de frustración dado que los docentes se enfrentaron a un sinnúmero de promesas incumplidas, ya que la tecnología por sí misma no dio respuesta acabada a la diversidad de necesidades que plantea la escuela. Una segunda etapa, que comenzó en el 2010 y vivimos hasta la actualidad, corresponde al periodo de plataformización de la educación.
Esta segunda etapa busca enseñar, desarrollar habilidades y transmitir conocimientos con técnicas nuevas y creativas. La plataformización busca combinar los contenidos con la gestión del alumno y con las evaluaciones de aprendizaje. Asimismo, se esperan mejoras en los algoritmos educativos de modo que se logre mayor personalización e interacción. Actualmente, gracias a este fenómeno, es posible realizar cursos en línea desde cualquier parte del mundo, tener acceso a libros digitales, incorporar sistemas de gestión de aprendizaje, observar y crear tutorías digitales, participar de redes escolares, acceder a plataformas de pruebas digitales, entre muchas otras posibilidades. Es de esta manera que las plataformas podrían llegar a garantizar el derecho a la educación a gran escala.
Frente a este mar de posibilidades que permite la tecnología, cabe preguntarse entonces: ¿qué están haciendo los sistemas educativos modernos? En efecto, los sistemas que usan la tecnología a su favor han visto transformadas sus dinámicas mediante la plataformización. Para ello, se están valiendo de la digitalización, la diversificación curricular, la gamificación y la datificación. A continuación, se desarrolla cada uno de ellos.
- Digitalización de la educación
La primera gran fuerza transformadora de los formatos educativos es la digitalización. Lo que se digitaliza, ya sea un libro, una clase, un ejercicio o un curso, se convierte en un recurso inmediato y portátil. Esto disminuye los costes de producción y distribución, a pesar del coste inicial de hardware y conectividad inicial. De esta manera, la digitalización elimina obstáculos de espacio y tiempo, ofreciendo además la posibilidad de aprendizaje permanente.
- Ampliación y diversificación curricular
Asimismo, gracias a la plataformización, se ha iniciado una profunda transformación de los formatos. Como el contenido digital amplía los límites comunicativos, abre la posibilidad a un nuevo lenguaje visual y multimedia, lo cual facilita la transición desde una cultura impresa a una digital. Ahora, se puede estudiar a partir de recursos digitales y multimedia creados en cualquier parte del mundo. Lo anterior genera diversificación de fuentes de aprendizaje, favoreciendo un proceso paralelo de globalización y de personalización del aprendizaje.
- Gamificación
Hasta hace un par de décadas, el sistema educativo se fundaba en la obligación. Las motivaciones para aprender se basaban en el miedo a la autoridad, la estructura y la rutina. En la actualidad, profesores y creadores de contenidos buscan cada vez más el sentido de lo que hay que aprender. En este escenario, la gamificación permite que los estudiantes se sientan atraídos, con la motivación para no abandonar las plataformas y, por ende, no abandonar el aprendizaje. La gamificación ha permitido crear ambientes inmersivos y atractivos en los que mediante un sistema de incentivos se va aprendiendo de manera paralela al disfrute.
- Datificación de experiencias pedagógicas
La recolección y sistematización de datos o datificación otorga la oportunidad de entregar retroalimentación a los estudiantes de manera personalizada y en tiempo real. De este modo, aprenderán más rápido, estarán más motivados y constantemente incentivados. El análisis de los algoritmos permite predecir los resultados de cada alumno y modificar la enseñanza en función del ritmo personal de cada alumno. Así, las escuelas pueden ser la puerta de entrada a una gran plataforma de datos que formará un ecosistema de aprendizaje permanente.
A la luz de lo anterior, los sistemas modernos generan ecosistemas que integran la educación presencial y digital, buscan respetar y tener en cuenta a los docentes y garantizar el derecho a la educación. Las plataformas son una oportunidad concreta para redefinir los significados y objetivos de la educación en nuestras sociedades. De hecho, diversas plataformas están haciendo posible digitalizar, diversificar, gamificar y datificar la educación. Ejemplo de lo anterior son Lirmi y Umáximo; plataformas que apoyan la transición hacia lo digital y hacer de la tecnología una herramienta aliada que mejora gestiones educativas y pedagógicas.
Si quieres comenzar con este cambio y llevar a tu escuela a la modernidad, te invitamos a crear una cuenta en Umáximo, en donde encontrarás actividades digitales y gamificadas y la posibilidad de conocer los resultados del desempeño de tus estudiantes. Crea tu cuenta aquí: https://www.umaximo.com/register
Fuente: La plataformización de la educación: un marco para definir las nuevas orientaciones de los sistemas educativos híbridos, Reflexiones en progreso N° 46, Oficina Internacional de Educación, UNESCO, 2021.