Ante una sociedad cambiante y un futuro laboral incierto, en donde surgirán ocupaciones que aún no se conocen, los docentes y comunidades educativas se enfrentan al desafío de educar considerando las nuevas habilidades que requerirán los estudiantes, como ciudadanos, para que logren participar activamente en la sociedad actual y en la del futuro. Es en este escenario es en el que surgen las habilidades para el siglo XXI.
Conocer sobre estas habilidades, conversarlas y trabajarlas, ayuda a las comunidades educativas a formar a niños y jóvenes para que estén mejor preparados para desenvolverse en la sociedad del siglo XXI.
Si bien no hay un consenso rígido de cuáles son, acá mostramos las habilidades presentadas por la iniciativa internacional “Evaluación y enseñanza de las destrezas del siglo XXI”, ATC21S, por sus siglas en inglés.
¿Te fue útil esta publicación? No dudes en compartirla con otros docentes o estudiantes. Comienza a utilizar la plataforma Umáximo con tus estudiantes creando tu cuenta aquí: https://www.umaximo.com/register
En el proceso de enseñanza-aprendizaje, la retroalimentación ocupa un lugar central. Es una de las estrategias más eficaces para favorecer el aprendizaje, ya que permite a los estudiantes identificar sus logros y áreas de mejora. En este artículo, explicamos qué es la retroalimentación educativa, sus características clave, los beneficios que ofrece y cómo implementarla correctamente para potenciar el aprendizaje.
La Pirámide de Maslow, también conocida como la jerarquía de las necesidades humanas, es una teoría psicológica propuesta por Abraham Maslow en 1943. Aunque en su origen fue desarrollada para explicar las motivaciones y comportamientos humanos, su aplicación ha trascendido los límites de la psicología, influyendo en áreas como la educación, la publicidad y el marketing. En este artículo, exploraremos en detalle qué es la Pirámide de Maslow, sus distintos niveles, su relación con la educación,...
La interacción pedagógica es fundamental para fomentar el aprendizaje activo y la comprensión profunda. Dentro de esta interacción, el uso de preguntas juega un papel clave. A través de las preguntas, los docentes no solo pueden medir el nivel de comprensión de los estudiantes, sino también estimular el pensamiento crítico, la reflexión y la curiosidad.