En las últimas décadas, el avance de las tecnologías y comunicaciones ha modificado la forma en que realizamos actividades cotidianas o vivimos ciertas experiencias. Nuestros niños y jóvenes han crecido en un entorno lleno de estímulos y muy distinto al de hace 20 años. Por ello, el entramado cultural en el que estamos insertos nos exige que la educación responda de manera efectiva y eficiente a estos cambios y necesidades.
En consecuencia, es una urgencia incorporar en las escuelas el mayor número de experiencias y metodologías activas que impliquen la participación directa de los estudiantes y provoquen un interés genuino. Los espacios educativos han de preparar a los niños, niñas y jóvenes para poder enfrentar los desafíos actuales, por lo que una educación de calidad ha de fomentar el desarrollo de las habilidades del siglo XXI, como pensamiento crítico, liderazgo, creatividad, colaboración, empatía, investigación, etc.
Para concretar este cambio de paradigma, han emergido distintas metodologías que pueden ser aliadas a la hora de diseñar experiencias más significativas. Una de ellas es el Aprendizaje Basado en Proyectos o ABP.
¿Qué es el ABP?
El ABP es una metodología activa, que potencia la participación de los estudiantes en su aprendizaje, a través de proyectos atingentes a su contexto que buscan solucionar o mejorar una problemática. El ABP comienza con una pregunta desafiante que gatilla un proceso colaborativo, creativo y con mucho pensamiento crítico. Esta innovación educativa involucra a los estudiantes de una manera activa en su aprendizaje al pedirles que investiguen la respuesta a alguna pregunta o problema del mundo real y luego creen una solución concreta.
¿Cómo llevarlo a la práctica?
Para aplicar esta metodología en la sala de clases, se consideran cinco etapas esenciales: Diseño docente, Desafío, Investigación, Creación y Comunicación. Revisemos brevemente cada una de ellas:
- Diseño docente: en esta fase, el o los docentes habrán de formular una pregunta atingente que será respondida por sus estudiantes a través del proyecto. Además, deben preparar el escenario de trabajo y anticiparse a algunas situaciones prácticas. Esta fase permite conducir la experiencia de manera flexible, pero organizada.
- Desafío: en esta etapa, los estudiantes se involucran con la problemática del proyecto mediante una pregunta desafiante. Esta pregunta se caracteriza por ser auténtica, significativa, motivadora y da comienzo a un proceso de aprendizaje riguroso.
- Investigación: en esta instancia, los estudiantes buscan dar respuesta al desafío desde múltiples fuentes. Pueden formular hipótesis, investigar, entrevistar a expertos y a sus comunidades, levantar datos o explorar técnicas para ir comprendiendo en profundidad la temática.
- Creación: en base a lo investigado, los estudiantes comienzan la creación de productos tangibles o intangibles (informes, explicaciones, esquemas, pinturas, guiones, textos narrativos, maquetas, canciones o afiches, entre otros).
- Comunicación: finalmente, los estudiantes dan cuenta de sus aprendizajes, organizando los distintos productos en una presentación coherente con los objetivos del proyecto y la pregunta desafiante.
En la imagen, se observa la ruta de aprendizaje que deben seguir docentes y estudiantes en el marco de un ABP.
Algunos ejemplos
Es importante que la pregunta desafiante propuesta a los estudiantes sea coherente con objetivos curriculares de la o las asignaturas involucradas. Por ejemplo, en el marco del estudio de personajes históricos que participaron en los procesos de un país, se puede definir como pregunta desafiante: ¿A quién le haríamos un monumento? Los estudiantes debiesen investigar las biografías de los personajes desde una perspectiva histórica y realizar un prototipo artístico del monumento. Por tanto, las asignaturas involucradas serían Historia y Ciencias Sociales, Lenguaje y Comunicación y Artes Visuales, por nombrar algunas.
Para abordar el estudio de la sexualidad, la pregunta a plantear puede ser: ¿Y si este fuera mi diagnóstico? Como producto, se propone a los estudiantes realizar campañas de prevención de infecciones de transmisión sexual, involucrando a las asignaturas de Lengua y Literatura, Ciencias Naturales y Orientación.
¿Cuáles son las ventajas del ABP?
Algunas de las ventajas al impulsar la metodología del ABP en las aulas son:
- Las comunidades educativas fortalecen las habilidades del siglo XXI y el espíritu de innovación.
- Las comunidades fortalecen el trabajo colaborativo no solo en los estudiantes, sino también entre docentes.
- Los estudiantes experimentan una nueva forma de aprender y mejoran su experiencia formativa.
- Se desarrolla la cultura de trabajo junto a la comunidad y otras redes.
Si quieres aprender más sobre el ABP, te invitamos a revisar estos documentos impulsados por el Ministerio de Educación:
- Aprendizaje Basado en Proyectos: Un enfoque pedagógico para potenciar los procesos de aprendizaje hoy.
- Metodología de Aprendizaje Basado en Proyectos.
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