Actualmente, el cómo influyen las emociones en el aprendizaje es un tema digno de análisis y reflexión. En esta publicación queremos derribar 3 mitos sobre las emociones en el aprendizaje.
Mito 1: El estrés NO tiene un impacto sobre el aprendizaje. / El estrés ‘bueno’ o “eustress”, que involucra mantener a los alumnos atentos sin crear pánico, aumenta el nivel de atención. Mientras que, el estrés ‘malo’ resta potencial al trabajo.Mito 2: Separar el razonamiento y la toma de decisiones de las emociones mejora la calidad de los pensamientos. / Aunque el razonamiento y las emociones parecen estar en lados opuestos del espectro de la racionalidad, en realidad son procesos complementarios, ya que, la manera en que percibimos los estímulos del mundo y lo que nos provocan a nivel emocional, no puede divorciarse de nuestro racionamiento. Asimismo, no hay decisión, independiente de su tamaño, que no esté influenciada por las emociones. Mito 3: La inteligencia emocional no es tan importante como la cognición social. / La inteligencia emocional es la habilidad de reconocer, regular y comprender las emociones, tanto en uno mismo como en los demás. Lo cual ayuda a forjar buenas relaciones, comunicarse de manera efectiva y resolver conflictos. Por lo tanto, la inteligencia emocional puede ser tan importante como la cognición social.
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Durante mucho tiempo, la evaluación se ha entendido como el cierre de la enseñanza: el momento de corregir, asignar calificaciones y finalizar una unidad. Sin embargo, cuando se integra al desarrollo de la clase, su propósito e impacto cambian significativamente. La evaluación formativa permite recoger información mientras se aprende, para ajustar lo que se enseña y cómo se enseña. Este enfoque transforma cada clase en una oportunidad para observar, retroalimentar y mejorar. Evaluar formativa...
En muchas aulas, el silencio no es señal de atención, es señal de miedo a equivocarse, miedo al juicio de los compañeros o miedo al rechazo del profesor. Miedo a equivocarse, al juicio de los compañeros o al rechazo del profesor. Este temor frena la participación en discusiones académicas y limita el aprendizaje. Pero, ¿cómo podemos transformar ese miedo en confianza?, ¿cómo crear espacios donde los estudiantes se sientan seguros para opinar, preguntar y debatir?
¿Qué tan conscientes somos de lo que nuestros estudiantes ya saben antes de comenzar una nueva unidad o proyecto? En el aula, muchas veces avanzamos con los contenidos sin detenernos a explorar qué ideas, representaciones o experiencias traen consigo quienes aprenden. Sin embargo, la activación de conocimientos previos es una oportunidad pedagógica poderosa para fomentar aprendizajes profundos, conectar conocimientos base del estudiante y dar sentido a lo que aprenden.